En el siglo XXI, las zonas fronterizas entre Estados Unidos y México enfrentan una serie emergente de desafíos en la gestión de los recursos hídricos. Estos desafíos van desde la creciente demanda de agua debido a la urbanización, la industrialización y la expansión agrícola. Esta creciente demanda pone a prueba la capacidad de los limitados suministros de agua para hacer frente a una serie de problemas sociales, legales y ambientales que amenazan la calidad y seguridad de las aguas superficiales y subterráneas. Es probable que las sequías en la región, que ya duran décadas, continúen y se intensifiquen, y limiten aún más la capacidad de las partes para cumplir con las obligaciones de suministro de agua en los ríos Colorado y Río Grande (Coronado et al. 2021, Rentería et al. 2022).
Una colaboración necesaria en aguas transfronterizas
La necesidad de regular las aguas transfronterizas entre México y los Estados Unidos requiere de información e investigación. El Programa Piloto de Acuíferos Transfronterizos del Acuífero Allende-Piedras Negras ofrece una alternativa y una oportunidad para mejorar nuestra agua subterránea compartida.

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